Sobre el incienso
El incienso (del latín incensum, participio de incendere, ‘encender’) es una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que a menudo se añaden aceites esenciales de origen animal o vegetal, de forma que al arder
La historia del incienso es milenaria. Encontramos referencias al incienso en el Antiguo Egipto, en las diferentes culturas de la Antigüedad, tanto en el Lejano Oriente, como en la India, en el Medio Oriente y en la América precolombina, en Europa y prácticamente en la mayor parte del mundo.
Los antiguos egipcios preparaban un incienso al que le atribuían propiedades mágicas y llamaban kifi que se suponía daba dulces sueños y proporcionaba un estado de paz y bienestar a quien lo inhalaba. Los perfumes e inciensos jugaban una parte muy importante en sus vidas, lo usaban también en sus tratamientos médicos y en sus ceremonias religiosas y eran muy estimados. Suele decirse que su fragancia era tan penetrante e intensa que aún hoy día cuando se descubren tumbas con momias al abrirlas nos llega el olor de un incienso de hace más de 3000 años.
Los hebreos usaban el incienso sobre todo para sus ceremonias religiosas pues inclusive se ordenaba en los libros religiosos “quemar incienso suave todas las mañanas en honor a Jehová”. Además lo empleaban para perfumar el hogar, purificaciones de mujeres y como obsequio propio de reyes, recordemos que cuando los tres sabios fueron al pesebre según cuenta la historia de la Navidad llevaban, oro, incienso y mirra.
Los hindúes usaban inciensos para perfumar sus ropajes y en las ceremonias religiosas desde el nacimiento hasta la muerte así como para adorar a las deidades, una tradición que se sigue actualmente.
Los musulmanes lo emplean también en las bodas y funerales y en otros eventos de su vida, los chinos y japoneses lo han usado siempre así como en otros pueblos y culturas por su fragancia y la facultad que se le atribuye de ser relajante e inductor de armonía y paz y acompañar la meditación budista.
Asimismo los pueblos indígenas de América conocían la fuerza de los sahumerios y perfumes que utilizaban ampliamente.
En general, la cultura del incienso acompaña a los pueblos en todos sus momentos importantes, el nacimiento, las iniciaciones, las fiestas, las bodas y la muerte y hoy día lo vemos lo mismo en una iglesia cristiana, un templo budista o hindú, una sinagoga hebrea, una mezquita, o un centro espiritual o de otras creencias así como de manera social en las casas y establecimientos para crear un ambiente agradable junto a velas aromáticas.
Se estima que el incienso crea un estado de calma y relajación en nuestro entorno, que nos trae paz y calma, nos ayuda a trascender barreras, abre la mente, trae armonía al hogar, es un amigo en tiempos de soledad, suele ser revitalizador y crea un ambiente limpio y agradable.
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