Me detengo en las miradas,
me escapo detrás.
Son como bandadas
de grises palomas;
azules, rojas, de
todos los colores.
Sólo busco
refrescar estos calores.
Me detengo en las
miradas.
Con los ojos que me
miran
me puedo escapar,
sólo busco fijar
esos vivos momentos.
Miradas limpias o
pálidas miradas,
sólo busco
alegrarme la mañana.
Te confieso que no
atino
a encontrar la
calma;
nada ansío más,
y es lo que menos
tengo.
Se va el alma
silenciosa
por la ventana,
detrás de algunos
ojos azul sediento.
¡Ay! del que se
enamora hasta en un desierto.
Dame descanso
como quien da un
refresco.
Tu mirada vuela;
vuela, calma,
vuela.
que alivia el tiempo de los poetas.
Me detengo en las
miradas,
me escapo detrás.
Busco en ese mar de
miradas perdidas;
azules, verdes, de
todos los colores.
Son tan libres como
libres son los hombres.
Me detengo en las
miradas.
Que el amanecer me
encuentra
siempre despierto,
que me desvela el
hambre que de ti tengo.
Se va el alma
silenciosa por la ventana,
se va detrás del
lucero de la mañana.
Dame descanso como
quien da un cigarro.
Tu mirada vuela;
vuela negra, vuela.
En las calles es
una flecha
que alivia el
tiempo de los poetas.
Tu mirada vuela;
vuela negra, vuela.
Es la flecha que
hiere el tiempo,
que lo detiene, que
lo hace espeso,
que lo detiene, que
lo hace eterno.
Como quien da un refresco. Manolo García
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