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  1. domingo, 29 de septiembre de 2013

    La pintura de Edward Hopper siempre me ha fascinado. Son tantas las cosas que me atraen de su pintura: la tremenda sensación de soledad y aislamiento que transmiten todos sus cuadros, la utilización del color, de la luz, de la estructura, del trazo y de la forma para transportanos a ese universo personal y mágico en el que habitan todos los personajes que pasan por sus cuadros, porque esa es la imagen que transmiten sus figuras, la de ser gentes de paso. 
    Todo en la pintura de Hopper está orientado a invitarnos a entrar en ese paraíso de los sueños rotos que fue el despertar del sueño americano. Bajo el aparente realismo de sus cuadros subyace un simbolismo casi cinematográfico que va calando en el alma del espectador, un espectador que se siente profundamente impactado por la terrible experiencia de la soledad que ve reflejada ante él y que él conoce tan bien…Yo hoy me uno a esa soledad 

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